EL CAMINO: "YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, NADIE VA AL PADRE SINO POR MÍ". (JUAN 14:6)

"BUSCAD PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, Y TODO LO DEMÁS SE OS DARÁ POR AÑADIDURA". (MATEO 6:33)

"Y EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN, PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE BAJO EL CIELO DADO A LOS HOMBRES, EN EL CUAL PODAMOS SER SALVOS". (HECHOS 4:12)

domingo, 11 de abril de 2021

La Divina Misericordia: Nuestra Última Esperanza


La Divina Misericordia es el atributo más grande de Dios y el último remedio que concede a la humanidad para su salvación.

Fuera de ésta, nada podrá librarnos de Satanás y del castigo merecido por nuestros pecados.

“Estoy prolongándoles el tiempo de la misericordia, pero ay de ellos si no reconocen este tiempo.”
(Diario Sta Faustina, 965)

“Lo invocarán en vano cuando sea demasiado tarde.”
(Diario Sta Faustina, 1448)

La Imagen de la Misericordia

El primer elemento de la Devoción a la Divina Misericordia que fue revelado a Santa Faustina fue la Imagen, el 22 de febrero del 1931.

Origen de la devoción

Jesús se le aparece a esta Santa con rayos de luz irradiando desde su Corazón y le dice:

“Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: “Jesús, en ti confío”. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y luego en el mundo entero.” (Diario, 47)

Explicó también el significado de esta imagen, y de sus dos rayos:

 “Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica las almas. EL rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas (…)

 Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi Corazón agonizado fue abierto en la cruz por la lanza. (…)

 Estos rayos protegen a las almas de la indignación Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la mano justa de Dios.” (Diario, 299)

Santa Faustina tras recibir el mandato, paso por numerosos problemas con respecto a la imagen, ya que ella no sabía pintar y los numerosos pintores que hicieron una imagen según su descripción no conseguían captar toda la belleza y majestuosidad del Señor tal y como ella lo había visto.

Ante su inquietud, el Señor le contestó:

 “No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia.” (Diario, 313)

Promesas

El Señor ha prometido numerosas gracias a todos aquellos que veneren esta imagen:

“Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Este recipiente es esta imagen con la firma: Jesús en Ti confío”. (Diario, 327)

“Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerta. Yo Mismo la defenderé como Mi gloria” (Diario, 48)

“A través de esta imagen concederé muchas gracias a las almas, ella ha de recordar a los hombres las exigencias de Mi Misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil.” (Diario, 742)

“Por medio de esta imagen colmaré a las almas con muchas gracias, por eso, que cada alma tenga acceso a ella”. (Diario, 570)

Sin embargo, como bien explica, esta devoción no consiste en adorar una imagen, pues eso sería idolatría ya que Dios no está presente en ese cuadro. Lo que se pretende es emplear dicha imagen como medio para la adoración de la Misericordia de Dios.

De esta forma, el Señor nos pide guiar todas nuestras obras a las exigencias de su misericordia, es decir, amar a Dios cumpliendo su voluntad y ser misericordiosos con el prójimo.

“Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. (Mt 6, 12)

“Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán Misericordia”. (Mt 5, 7)

La Imagen

De todas las imágenes que se hicieron, que son igualmente válidas para esta devoción mientras cumplan las condiciones establecidas por el Señor, Santa Faustina prefería una de ellas, por ser la que más se asemejaba a lo que ella había visto.

Se recomienda situar esta imagen en el lugar más privilegiado de su vivienda, y llevarla siempre con usted en su cartera. De esta forma, cada vez que vea la imagen recordará el gran amor que el Señor tiene por nosotros y su Gran Promesa de Misericordia.

«Antes del Día de la Justicia envío el Día de la Misericordia.»
(Diario, 1588).

«Quien no quiera pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia.»
(Diario, 1146).

La Hora de la Misericordia

Jesús llamó “La Hora de la Misericordia” a las 3 de la tarde, por ser la hora de su muerte. En diversas revelaciones, el Señor insistió en la importancia de esta Hora para la salvación del mundo.

“A las 3 de la tarde implora mi Misericordia especialmente para los pecadores y, aunque solo sea por un brevísimo momento, sumérgete en mi Pasión, especialmente en mi abandono en el momento de mi Agonía. Ésta es la Hora de la Gran Misericordia para el mundo entero. Te permitiré penetrar en mi tristeza mortal. En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de mi Pasión.” (Diario, 1320)

A las tres de la tarde, se debe, por tanto, contemplar la Pasión de Cristo y los sufrimientos que Él padeció para traer la Misericordia al mundo. Acojámonos a Ella, ya que es Fuente de Salvación.

“Son pocas las almas que contemplan Mi Pasión con verdadero sentimiento; a las almas que meditan devotamente Mi Pasión, les concedo el mayor número de gracias”. (Diario, 737)

El mismo Jesús lo dice, es importantísimo el aprovechar esta Hora de Misericordia acudiendo a visitar al Santísimo, rezando el Via Crucis y la Coronilla a la Divina Misericordia.

Sin embargo, también deja claro que no hay escusas para cumplir su mandato, ya que, en caso de imposibilidad por causa de fuerza mayor, bastará para alcanzar las gracias el contemplar su Pasión, aunque solo sea por un instante en la mente.

“Te recuerdo, hija Mía, que cuantas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento se abrió de par en par para cada alma. En esa hora puedes obtener todo lo que pides para ti y para los demás. En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la Misericordia triunfó sobre la Justicia. Hija Mía, en esa hora procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan los deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón que está lleno de Misericordia. Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante. Exijo el culto a Mi misericordia de cada criatura, pero primero de ti, ya que a ti te he dado a conocer este misterio de modo más profundo”. (Diario, 1572)

Para todos aquellos que se encuentren imposibilitados por motivos de fuerza mayor para postrarse en presencia del Señor en esta Hora, se recomienda la recitación mental de una pequeña jaculatoria.

“Oh Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío.” (Diario, 84)

Esto es posible se encuentre donde se encuentre en el momento en el que el reloj de las tres de la tarde, ya que solo requerirá de unos segundos.


¡Cumplamos el mandato del Señor!

Para saber cómo se rezan estas devociones dictadas y pedidas por Nuestro Señor mismo entrar en los enlaces siguientes:


Novena a la Divina Misericordia



La Fiesta de la Misericordia

De todas las formas de la devoción a la Divina Misericordia reveladas a Santa Faustina, ésta es la que tiene mayor importancia.

Origen de la devoción

El Señor habló por primera vez del establecimiento de esta fiesta en 1941, cuando Santa Faustina se encontraba en Plock (Polonia).

Fue en ese lugar cuando el Señor comunicó por primera vez a Santa Faustina su deseo de que se pintase la Imagen.

“Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia”. (Diario, 49)

“Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran Misericordia que tengo a las almas pecadoras. Que el pecador no tenga miedo de acercarse a Mi. Me queman las llamas de la Misericordia, deseo derramarlas sobre las almas humanas.” (Diario 50a)

“Pide a mi siervo fiel que en aquel día hable al mundo entero de esta gran Misericordia mía”. (Diario, 300a)

“Hija mía, mira hacia el abismo de mi Misericordia y rinde honor y gloria a esta Misericordia mía, y hazlo de este modo: Reúne a todos los pecadores del mundo entero y sumérgelos en el abismo de mi Misericordia. Deseo darme a las almas, deseo las almas, hija Mía. El día de mi Fiesta, la Fiesta de la Misericordia, recorrerás el mundo entero y traerás a las almas desfallecidas a la fuente de mi Misericordia. Yo las sanaré y las fortificaré”. (Diario, 206)

La elección del primer domingo después de la Pascua tiene un profundo sentido, ya que indica la relación entre la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo, Redención de la humanidad, con la Divina Misericordia, Fuente de dicha redención.

Esta relación se ve subrayada por la realización de la Novena de la Misericordia, que se comienza el Viernes Santo, momento de la Pasión y Muerte de Cristo, y sirve de preparación a la Fiesta.

Este día no solo se muestra como una veneración a tan grandioso atributo de Dios, sino que se constituye como el momento elegido por Él mismo para derramar infinidad de gracias sobre las almas que acudan a su Misericordia con corazón contrito.

“Deseo que la Fiesta de Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Este día están abiertas las entrañas de mi Misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de mi Misericordia.” (Diario, 699a)

“Que ningún alma tema acercarse a Mi, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi Misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de mi misericordia.” (Diario, 699c)

Promesas

“El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a trasvés de las cuales fluyen las gracias”. (Diario, 699b)

“Quien se acerque ese día a la Fuente de Vida, recibirá el perdón total de las culpas y de las penas”. (Diario, 300b)

Exigencias de la Divina Misericordia 

I-Misericordia con el prójimo:

“Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia Mi. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte.

Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo:

La primera, la acción;
La segunda, la palabra;
La tercera, la oración.

En estas tres formas está toda la plenitud de la Misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia Mi. De este modo el alma alaba y adora mi Misericordia”. (Diario, 742)

II-Confianza sincera en Dios y su infinita Misericordia:

“Oh, cuanto me hiere la desconfianza del alma. Esta alma que reconoce que soy Santo y Justo y no cree que Yo soy la Misericordia, no confía en mi Bondad. También los demonios admiran mi Justicia, pero no creen en mi Bondad”. (Diario, 300c)

“La desconfianza de las almas desgarra mis Entrañas. Aún más me duele la desconfianza de las almas elegidas; a pesar de mi Amor inagotable no confían en Mi. Ni siquiera mi Muerte ha sido suficiente para ellas. ¡Ay de las almas que abusen de ella!”. (Diario 50b)

“Mi corazón sufre porque hasta las almas consagradas ignoran mi Misericordia y me tratan con indiferencia.  ¡Cómo me hieren! Si no creen en mis Palabras, crean al menos en mis Llagas“. (Diario, 699)

Frutos de la Divina Misericordia

I-Condición para la Paz:

“La Fiesta de mi Misericordia ha salido de mis Entrañas (…)
La humanidad no conocerá la paz hasta que no se dirija a la Fuente de mi Misericordia”. (Diario, 699d)

II-Condición para la Salvación:

“Las almas mueren a pesar de mi amarga Pasión. Les ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la Fiesta de mi Misericordia. Si no adoran mi Misericordia, morirán para siempre”. (Diario, 965)


“No encontrará alma ninguna la justificación hasta que no se dirija con confianza a mi Misericordia y por eso el primer domingo después de Pascua ha de ser la Fiesta de la Misericordia”. (Diario, 570)



No hay comentarios:

Publicar un comentario