EL CAMINO: "YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, NADIE VA AL PADRE SINO POR MÍ". (JUAN 14:6)

"BUSCAD PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, Y TODO LO DEMÁS SE OS DARÁ POR AÑADIDURA". (MATEO 6:33)

"Y EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN, PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE BAJO EL CIELO DADO A LOS HOMBRES, EN EL CUAL PODAMOS SER SALVOS". (HECHOS 4:12)

lunes, 23 de febrero de 2015

Preparación para la Consagración a María: Segunda Parte


Segunda Parte

Tema: CONOCIMIENTO DE SI MISMO

 Las oraciones, exámenes, reflexiones, actos de renuncia de nuestra propia voluntad, de arrepentimiento por nuestros pecados, de desprecio propio, realizado todo a los pies de María, ya que por Ella esperamos la luz para conocernos a nosotros mismos. Junto a Ella, podremos medir el abismo de nuestras miserias sin desesperar. Debemos emplear todas nuestras acciones piadosas en pedir un conocimiento propio y el arrepentimiento de nuestros pecados: y debemos hacer esto con espíritu de piedad. Durante este período, consideraremos tanto la oposición que existe entre el espíritu de Jesús y el nuestro, como el miserable y humillante estado en que nos han reducido los pecados. Además, siendo la verdadera devoción una manera fácil, corta, segura y perfecta para llegar a esa unión con Nuestro Señor, que es la perfección a la imitación de Cristo. Entraremos decididamente por este camino, firmemente convencidos de nuestra miseria e incapacidad. Pero, ¿cómo conseguir esto sin el conocimiento de sí mismo?


ORACIONES QUE SE REZARAN DESDE EL DÍA 13º  AL 19º,

Letanías al Espíritu Santo

 
Señor, ten piedad (bis)
Cristo, ten piedad (bis)
Señor, ten piedad (bis)
Cristo, óyenos (bis)
Cristo, escúchanos (bis)

Responderemos: Ten misericordia de nosotros.
Dios Padre Celestial,                                
Dios, Hijo, Redentor del mundo,                   
Dios, Espíritu Santo,                                   
Trinidad Santa, un solo Dios, 

Responderemos: Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu que procede del Padre y del Hijo,     
Espíritu del Señor, que al comienzo de la creación planeando sobre las aguas las fecundaste, 
Espíritu por inspiración del cual han hablado los profetas, 
Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas.                          
Espíritu que das testimonio de Cristo.                                               
Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosa,  
Espíritu que sobreviene a María.                                                      
Espíritu del Señor que llena todo el orbe.                                  
Espíritu de Dios que habita en nosotros.                                    
Espíritu de sabiduría y de entendimiento.                                  
Espíritu de consejo y de fortaleza.                                            
Espíritu de ciencia y de piedad.                                                
Espíritu de temor del Señor.                                                      
Espíritu de gracia y de misericordia.                                          
Espíritu de fuerza, de dilección (amor reflexivo) y de sobriedad.    
Espíritu de fe, de esperanza, de amor y de paz.                          
Espíritu de humildad y de castidad.                                            
Espíritu de benignidad y de mansedumbre.                                
Espíritu de multiforme gracia.                                                    
Espíritu que escrutas los secretos de Dios.                              
Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables.        
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma.          
Espíritu en el cual renacemos.                                                         
Espíritu por el cual se difunde la caridad en  nuestros corazones.
Espíritu de adopción de los hijos de Dios.
Espíritu que en lenguas de fuego sobre los apóstoles apareciste.  
Espíritu con el cual fueron los apóstoles henchidos.                  
Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres.        

Sednos propicio, perdónanos, Señor.
Sednos propicio, escúchanos, Señor.

Responderemos: Líbranos, Señor
De todo mal,                                           
De todo pecado,                                                
De tentaciones e insidias del demonio.                 
De la presunción y desesperación.                       
De la resistencia a la verdad conocida.                 
De la obstinación y de la impenitencia.                
De la impureza de la mente y del cuerpo.             
Del espíritu de fornicación.                                  
De todo espíritu del mal.  
                                    
Responderemos: Te rogamos, óyenos.
Por Tu eterna procesión del Padre y del Hijo.               
Por Tu descenso sobre Cristo en el Jordán                                   
Por Tu advenimiento sobre los discípulos.                                     
En el día del juicio, nosotros pecadores.                                       
Para que así como vivimos del Espíritu, obremos también por El.    
Para que reacordando que somos templo del Espíritu Santo, no lo profanemos.    
Para que viviendo según el Espíritu, no cumplamos los deseos de la carne.                        
A fin de que por el Espíritu mortifiquemos las obras de la carne.                                      
Para que no te contristemos a Ti, Espíritu Santo de Dios.                                                 
Para que seamos solícitos en guardar la  unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.          
Para que no creamos a todo espíritu.
Para que probemos a los espíritus si son de Dios.                 
Para que te dignes renovar en nosotros el espíritu de rectitud.                                         
Para que nos confirmes por tu Espíritu Soberano.     
                                                       
Cordero de Dios, que quitas el pecado del Mundo.
Perdónanos,  Señor.


Cordero de Dios, que quitas el pecado del Mundo.
Escúchanos, Señor.


Cordero de Dios, que quitas el pecado del Mundo.
Ten piedad de nosotros.

Asístanos, te pedimos Señor, la virtud del Espíritu Santo, que purifique  clemente nuestros corazones y nos preserve de todo mal. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


Letanías de Nuestra Señora

  
Señor, ten piedad. (bis)
Cristo, ten piedad. (bis)      
Señor, ten piedad. (bis)      

Cristo, óyenos. (bis)              
Cristo, escúchanos. (bis)      
  
Responderemos: Ten misericordia de nosotros. 
Dios Padre Celestial.                              
Dios Hijo Redentor del Mundo.                      
Dios Espíritu Santo.                                   
Trinidad Santa un solo Dios.                        

Responderemos: Ruega por nosotros.
Santa María,                                               
Santa Madre de Dios,                                      
Santa Virgen de las vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre inviolada,
Madre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Esclava del Señor,
Espejo de justicia,
Trono de sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso honorable,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David.
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la alianza,
Puerta del cielo.
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los ángeles,
Reina de los patriarcas,
Reina de los profetas,
Reina de los apóstoles,
Reina de los mártires,
Reina de los confesores,
Reina de las vírgenes,
Reina de todos los santos,
Reina concebida sin mancha original,
Reina asunta a los cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz,

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. 

Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. 

Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. 

Ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que nos hagamos dignos de las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión gloriosa de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


  
AVE, MARIS STELLA

Salve, estrella del mar,  Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen, feliz puerta del cielo,
Pues recibiste aquel Ave, de labios de Gabriel,
ciméntanos en la paz, trocando el nombre a Eva.
Suelta las prisiones a los reos, da lumbre a los ciegos,
ahuyenta nuestros males, recábanos todos los bienes,
Muestra que eres Madre, reciba por tu mediación nuestras plegarias,
el que nacido por nosotros, se dignó ser tuyo.
Virgen singular, sobre todos suave,
Haz que libres de culpas, seamos suaves y castos.
Danos una vida pura, prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús, eternamente nos gocemos.
Gloria sea a Dios Padre, loor a Cristo altísimo
y al Espíritu Santo: a los tres un solo honor. Amén.


Día 13º Leer: San Lucas, capítulo 11, versículos 1-10

11:1 Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos". 
11:2 Él les dijo entonces: "Cuando oren, digan:
Padre, santificado sea tu Nombre,
que venga tu Reino;
11:3 danos cada día nuestro pan cotidiano;
11:4 perdona nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos
a aquellos que nos ofenden;
y no nos dejes caer en la tentación".

11:5 Jesús agregó: "Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: "Amigo, préstame tres panes, 
11:6 porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle", 
11:7 y desde adentro él le responde: "No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos". 
11:8 Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
11:9 También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. 
11:10 Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. 

Día 14º De la obediencia del súbdito humilde a ejemplo de Jesucristo

Hijo, el que procura sustraerse de la obediencia, él mismo se aparta de la gracia; y el que quiere tener cosas propias, pierde las comunes. El que no se sujeta de buena gana a su superior, señal es que su carne aún no le obedece perfectamente, sino que muchas veces se resiste y murmura.

Aprende, pues, a sujetarte prontamente a tu superior, si deseas tener tu carne sujeta. Porque tanto más presto se vence el enemigo exterior, cuanto no estuviere debilitado el hombre interior.

No hay enemigo peor ni más dañoso para el alma que tú mismo, si no estás bien avenido con el espíritu. Necesario es que tengas verdadero desprecio de ti mismo, si quieres vencer la carne y la sangre.

Porque aún te amas muy desordenadamente, por eso temes sujetarte del todo a la voluntad de otros. Pero ¿qué mucho es que tú, polvo y nada, te sujetes al hombre por Dios, cuando Yo, Omnipotente y Altísimo, que crié todas las cosas de la nada, me sujeté al hombre humildemente por ti?

Me hice el más humilde y abatido de todos, para que vencieses tu soberbia con mi humildad. Aprende, polvo, a obedecer; aprende, tierra y lodo, a humillarte y postrarte a los pies de todos. Aprende a quebrantar tus inclinaciones, y rendirte a toda sujeción.

(Tomado del Libro: Imitación de Cristo Libro III, cap. 13)

Día 15º Leer San Lucas, capítulo 13, versículos 1-5.

13:1 En ese momento se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios. 
13:2 Él les respondió: "¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás?
13:3 Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera. 
13:4 ¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? 
13:5 Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera".

Necesitamos a María para morir a nosotros mismos.

Para vaciarnos de nosotros mismos es menester morir a nosotros mismos todos los días; es decir, es menester renunciar a las operaciones de las facultades de nuestra alma y de los sentimientos de nuestro cuerpo; es menester ver como si no se viese, oír como si no se oyese, servirse de las cosas de este mundo como si no se sirviese uno de ellas, lo cual llama San Pablo morir todos los días:Quotidie morior (1 Cor. 15,31). Si al caer el grano de trigo en la tierra no muere, permanece solo y no produce fruto bueno (Jn. 12,24). Si no morimos a nosotros mismos y si nuestras devociones más santas no nos conducen a esta muerte necesaria y fecunda, no produciremos fruto alguno, y serán inútiles nuestras devociones; todos nuestros actos de justicia estarán mancillados por el amor propio y la propia voluntad, lo que hará que Dios tenga por abominación los mayores sacrificios y las mejores acciones que podamos ejecutar, y a nuestra muerte nos hallaremos con las manos vacías de virtudes y de méritos, y no tendremos una centella del amor puro que sólo se comunica a las almas muertas a sí mismas, cuya vida se esconde con Jesucristo en Dios.

Es menester escoger entre todas las devociones a la Santísima Virgen, la que más nos lleve a esta muerte propia, como que es la mejor y más santificante, porque ni es oro todo lo que reluce, ni miel todo lo dulce, ni lo más factible y practicado por la mayoría es lo más perfecto.

Como en el orden de la naturaleza hay operaciones que se hacen a poca costa y con facilidad, asimismo en el de la gracia hay secretos que se ejecutan en poco tiempo, con dulzura y facilidad, operaciones sobrenaturales y divinas que consisten en vaciarse de sí mismo y llenarse de Dios, y lograr así la perfección.

(Tomado del Libro Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen por San Luis María Grignion de Montfort. núms. 81 y 82)

Día 16º

Durante la primera semana dedicarán todas sus oraciones y actos de piedad a pedir el conocimiento de sí mismos y la contrición de sus pecados, y todo lo harán con espíritu de humildad. Podrán meditar lo que he dicho sobre nuestro mal fondo y no se considerarán en los seis días de esta semana, más que como caracoles, babosas, sapos, cerdos, serpientes, animales inmundos; o bien meditarán estas tres palabras de San Bernardo: Piensa lo que fuiste, semen pútrido; lo que eres, vaso de estiércol; lo que serás, cebo de gusanos. Rogarán a Nuestro Señor y al Espíritu Santo que les ilumine por estas palabras: Señor, que yo vea; Señor, que me conozca; Ven Espíritu Santo, y recitarán todos los días el Ave, Maris Stella, y las letanías de la Santísima Virgen o del Espíritu Santo.

Recurrirán a la Santísima Virgen, pidiéndole esta gracia, que debe ser el fundamento de las otras, y para ello dirán todos los días el Ave, Maris Stella y las letanías.

(Tomado del Libro: Tratado de la Verdadera Devoción…., núm. 228)

De la consideración de sí mismo

No debemos confiar de nosotros grandes cosas, porque muchas veces nos falta la gracia y la discreción. Poca luz hay en nosotros, y presto la perdemos por nuestra negligencia. Y muchas veces no sentimos cuán ciegos estamos en el alma. Muchas veces también obramos mal, y lo excusamos peor. A veces nos mueve la pasión, y pensamos que es celo.

Reprendemos en los otros las cosas pequeñas, y tragamos las graves si son nuestras. Muy presto sentimos y agravamos lo que de otros sufrimos, mas no miramos cuánto enojamos a los otros. El que bien y rectamente examinare sus obras, no tendrá que juzgar gravemente las ajenas.

(Tomado del Libro Imitación de Cristo, libro II, cap. 5)

Día 17º Del juicio y penas de los pecadores

Mira el fin en todas las cosas, y de qué suerte estarás delante de aquel juez justísimo, al cual no hay cosa encubierta, ni se amansa con dádivas, ni admite excusas, sino que juzgará justísimamente.
¡Oh ignorante, y miserable pecador! ¿Qué responderás a Dios, que sabe todas tus maldades, tú que temes a veces el rostro de un hombre airado?
¿Por qué no te previenes para el día del juicio cuando no habrá quien defienda ni ruegue por otro, sino que cada uno tendrá bastante que hacer por sí?

(Tomado del Libro: Imitación de Cristo, libro I, cap. 24)

Leer: San Lucas, Capítulo 16, versículos 1-8. 

16:1 Decía también a los discípulos: "Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes. 
16:2 Lo llamó y le dijo: "¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto". 
16:3 El administrador pensó entonces: "¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. 
16:4 ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!"
16:5 Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: "¿Cuánto debes a mi señor?"
16:6 "Veinte barriles de aceite", le respondió. El administrador le dijo: "Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez".
16:7 Después preguntó a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" "Cuatrocientos quintales de trigo", le respondió. El administrador le dijo: "Toma tu recibo y anota trescientos". 
16:8 Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.

Día 18º Leer: San Lucas, Capítulo 17, versículos 1-10.

17:1 Después dijo a sus discípulos: "Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona!
17:2 Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños. 
17:3 Por lo tanto, ¡tengan cuidado!
Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. 
17:4 Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: "Me arrepiento", perdónalo". 

17:5 Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe".
17:6 Él respondió: "Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: "Arráncate de raíz y plántate en el mar", ella les obedecería. 

17:7 Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: "Ven pronto y siéntate a la mesa"?
17:8 ¿No le dirá más bien: "Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después"? 
17:9 ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? 
17:10 Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: "Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber".

Todas las cosas pesadas se deben padecer por la vida eterna.

Hijo, no te quebranten los trabajos que has tomado por Mí, ni te abatan del todo las tribulaciones; mas mi promesa te esfuerce y consuele en todo lo que viniere.
Yo basto para galardonarte sobre toda manera y medida. No trabajarás aquí mucho tiempo, ni serás agravado siempre de dolores. Espera un poquito y verás cuán presto se pasan los males. Vendrá una hora cuando cesará todo trabajo e inquietud. Poco y breve es todo lo que pasa con el tiempo.

(Tomado del Libro: Imitación de Cristo, libro III, cap. 47)

Día 19º Leer: San Lucas, Capítulo 18, 15-30

18:15 También le presentaban a los niños pequeños, para que los tocara; pero, al ver esto, los discípulos los reprendían.
18:16 Entonces Jesús los hizo llamar y dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos.
18:17 Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él". 
18:18 Un hombre importante le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?"
18:19 Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno.
18:20 Tú conoces los mandamientos: No cometerás adulterio,
 no matarás, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre". 
18:21 El hombre le respondió: "Todo esto lo he cumplido desde mi juventud". 
18:22 Al oírlo, Jesús le dijo: "Una cosa te falta todavía: vende todo lo que tienes y distribúyelo entre los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. Después ven y sígueme". 
18:23 Al oír estas palabras, el hombre se entristeció, porque era muy rico.
18:24 Viéndolo así, Jesús dijo: "¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios! 
18:25 Sí, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios".
18:26 Los que escuchaban dijeron: "Pero entonces, ¿quién podrá salvarse?"
18:27 Jesús respondió: "Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios".

18:28 Pedro le dijo: "Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido". 
18:29 Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos, por el Reino de Dios, 
18:30 recibirá mucho más en este mundo; y en el mundo futuro, recibirá la Vida eterna".



Toda la información para 
la Consagración al Inmaculado Corazón de María 





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